lunes, 31 de agosto de 2009

USTED ESTA AQUÍ

Cuando pasan cosas copantes pensamos -a veces- : ¡ESTO ES UNA SEÑAL!


(nos damos cuenta; seguro lo sea)


(pero: ¿de qué?)


de eso: de que estamos ahí: ahí mismo: sí, ahí: estamos ahí, rodeados de consecuencias.

Bajá el copete

Un toque me molesta que me sugieras hacerme fan tuya, locaaaa.

Hay gente que admite ser fan de sí misma. ¿No tienen un poco de pudor?

IGNORAR.

Qué quieren que les diga

La verdad es que me gusta estar borracha de Cuba libre a la 1.52 am de un domingo de invierno veraniego.

viernes, 28 de agosto de 2009

El amor es como el calzado

"si vas a una zapatería y el zapato que te probaste te gusta pero no te queda, no es ni culpa ni tuya ni del zapato."

jueves, 27 de agosto de 2009

Otra gloria

es que tu jefa se vaya de viaje durante quince días al otro lado del globo.

lunes, 24 de agosto de 2009

ser o no ser

no es que no esté positiva

pero digamos que, por ahora, como que me tira más lo segundo

viernes, 21 de agosto de 2009

Un paréntesis




Entonces, qué sé yo, esto también me hace llorar un toque, sí. Pero por otra cosa, ¿se entiende? De alegría, digamos.. Sí, eso. De alegría.


Disculpen, chicos, si hago catarsis por acá. Dadas las circunstancias, calculo sabrán comprender.

jueves, 20 de agosto de 2009

Parece que no es nada ortodoxa

-¿Leonor?

- ...

- ¿Leonor?

-...

(Me levanté) - ¡Leonor!

Ahí se despertó. Me sonrió, como disculpándose, como... como recién levantada de una siestita, en realidad. Caminé unos pasos y me puse el piloto sin decir nada. Ni había llegado a enrollar mi bufanda al cuello, que me detuvo:

- Me quedé dormida; te diste cuenta.


Claro que me había dado cuenta, y no era una pesadilla: mi psicoanalista efectivamente se había torrado en el medio de la fukin sesión.

ay, Mirtha


"Yo quería ser conocida, quería ser famosa. Yo quería ser alguien importante en la vida. Y creo que lo conseguí."

miércoles, 19 de agosto de 2009

Pasará, pasará

pero el último quedará.

Algo de orgullo queda

¿Y ahora qué cazzo me hago la que escribo en verso?

Por favor.

Me voy a freir churros, ya vuelvo.

el coso

es en el centro
una palabra, casi
no todavía.
me hace caer

lunes, 17 de agosto de 2009

Infinitas es porque son muchas

Hay que pensar en las posibilidades, no en las probabilildades.

Las posibilidades siempre son infinitas.

domingo, 16 de agosto de 2009

eso

el rimmel que corre
lento tan lento
de llorarte

Esta noche, Chomps

Hoy hay Mandinga!



Los domingos antes de un feriado son tan... qué sé yo.

sábado, 15 de agosto de 2009

mientras me envolvía tres empanadas

claro, es que es difícil
mi hijo tenía una novia
que también hacía teatro
y esas cosas
hacían algunas obritas, viste
iban ahí
cositas en San Miguel, viste
y, claro
estaba lleno de chicos
chicos que no eran profesionales
y mi hijo es médico, viste
yo le decía, dejala, dejala
aunque cuando tenía el boliche ahí
a la vuelta de canal trece
conocí a muchos artistas
conocí a las trillizas de oro
nadie quería atenderlas
porque una pedía con zanahoria
y la otra no
se mezclaban los platos
se armaba un despelote
el que era bueno era Badía
tenía un programa los sábados
con bailarinas
ése saludaba a todos antes de sentarse
a todos, eh
y Ranni, también
venía y se metía en la cocina, el loco
se ponía a cocinar
uh, parece que se larga
con todo, se va a largar acá
esta humedad
este calor
este país

viernes, 14 de agosto de 2009

Personas que quizás conozcas

Facebook me sugiere hacerme amiga de mi papá.



Todo bien, pero no.


[Ya lo tengo, con otra de sus veinte direcciones de mail]

jueves, 13 de agosto de 2009

El deber me llama

justo ahora que saldé mi deuda con la compañía telefónica.

lunes, 10 de agosto de 2009

Se ve que almorzar ñoquis me pega un toque mal

Odio las inmobiliarias. A sus secretarias caracúlicas con extensiones. La seudo sala de espera con revistas Viva del 2005. Las madres que van a pagar el alquiler con sus niñitos y les echan la culpa de romper los objetos apoyados en esa asquerosa mesita ratona cuando estos niñitos tienen literalmente dos dedos de frente y no distinguen entre lo que es comestible y lo que no. Odio a la que me reclama facturas vencidas de telefónica. Odio adeudarlas. Odio al abogado que se pasea por entre las mesas de los vendedores haciéndose el poderoso. Inmobiliaria de morondanga. Me molesta muchísimo que abran la puerta de entrada con una clave. Quién carajo te creés que sos. Y esos posters colgando, de edificios nuevos con gente simulada en sus balcones. Con tipitos y minitas dibujadas que se repiten de departamento en departamento. Hasta hay embarazadas. Personitas exitosas que no deben ninguna factura. Que pagan sus cuentas entre el -5 y el -1 de cada mes, con tarjeta de crédito. Odio a los propietarios. Odio a los vecinos. Odio a mis vecinas adolescentes y a su perro del carajo que ladra en la madrugada. Y qué me venís a pedir mis recibos de sueldo, pedazo de desastre, aferrada a tu escritorio. ¿Por qué no me dejás ser feliz, eh? ¿por qué? ¿vos quién te creés que sos para hacerme llorar?

...

Ah: y ahora resulta que tengo un vecino que está aprendiendo a tocar un instrumento. Me estás jodiendo. Me estás jodiendo que mi vida se parece un touch a esto.

domingo, 9 de agosto de 2009

Soñale arriba




Nota: Este vido forma parte del backstage (es una palabra muy noventas?) de la grabación del cd de TAMBO. Como podrán observar, no sólo tenemos coraje, sino también una cara de piedra, de alguna piedra muy, muy dura. Les aseguro que la combinación de ambos valores hace, al menos por un rato, a la felicidad.

jueves, 6 de agosto de 2009

La tierra prometida

La sesión terminó con que yo le decía "Pero para qué llegar a ese punto" Entonces ella me repitió la frase. Repetir la frase es signo de que termina la sesión. Y las dos nos levantamos. Le pagué, me puse el sacón de mi abuela Rosa, me colgué la cartera y después el típico "Nos vemos el martes." En realidad lo típico es los jueves, pero el jueves que viene ella no va a estar y me dijo lo del martes, entonces. Seguro que me olvido de ir. Me cambia de día y me olvido, yo.
Cuestión que salgo al pasillo. Es de esos edficios modernos (es nuevo, es enorme, y creo que mi terapeuta es una de las tres personas que lo habitan), donde los pasillos al aire libre forman una especie de hache con los ascensores en su centro. Siempre me equivoco cuando salgo del ascensor: suelo irme para el lado del departamento D. Cuando dejo el consultorio, sin embargo, llegar al ascensor siempre es una pavada, porque me voy por otra puerta que desemboca directamente en el medio de la H. Toco el botonito para llamarlo. Y espero.
Espero.
Espero.
Ya estaba hablando por teléfono con mi hermana cuando decidí meterme por una puertita que supuse me llevaría a las escaleras de servicio. Asumí que el ascensor no vendría nunca y la posibilidad de acudir a mi psicóloga fue una opción que tuve que descartar de toque, de tan obvia. Con Paloma hablábamos de judaísmo -sí- y de salir sorteadas en ese viaje donde un grupo de sionistas te lleva gratis a conocer Israel -y a lavarte el cerebro-; y yo mientras tanto bajaba por las escaleras de cemento alisado y ya no sabía por cuál piso andaba, hasta que me topé con una puerta negra que seguro me llevaría a la planta baja. A la realidad, por fin.
Tuc. No abría.
"Debo estar en el subsuelo", pensé mientras coordinaba con mi papá una salida al cine para el día del niño: él pretendía que nos encontráramos a las 9 am.
Volví a subir un piso. El numerito sobre la pared indicaba "2". Algo estaba mal. Volví a bajar. ¿Quizás no había visto que las escaleras seguían? No. Era hasta ahí, hasta la puerta negra: ese era el fin. Volví a intentarlo. Tuc. No abría. Bueno. ¿Qué onda? Volví a subir. Toqué el botonito: no venía. "A las 9 de la mañana un domingo, no, papá. No hay funciones a esa hora, además; no divagues." Volví a bajar. Basta, por algún lado tiene que poder salir esta gente, me dije. Y se lo dije también a mi papá que a esta altura ya estaba enterado del laberinto que tiene mi psicoanalista por consultorio. Tuc. Tuc. No había caso. Me imaginé encerrada ahí al anochecer, con la última frase de la sesión rebotando en las paredes de la salida de emergencia.
Saben, hay momentos en la vida en que todo se vuelve literal. En esos momentos, aconsejo: lo mejor es pensar que las puertas quizás pueden ser vaivén: prueben con empujarlas por su lado izquierdo.

martes, 4 de agosto de 2009

Che

¿Nunca les pasó que, por ejemplo, se pusieron a cantar el tango Nada sólo porque tenían un toque de ganas de llorar, porque no lo hacían hacía rato, y cuando llegaron al estribillo y ya estaban uaaaaaaaa uaaaaaaaa medio que se rieron un poco de sí mismos -soltaron de hecho una carcajada- y después siguieron llorando, como diciendo Sí, lo hice apropósito, me puse a cantar esto apropósito, y qué, y sus gatos los miraban medio de reojo sin saber si tenían que ir a consolarlos un poco o era mejor seguir jugando con la tirita esa que solían ustedes usarla para el pelo, pero que ya se la regalaron, porque creen que ellos en verdad la encuentran muy divertida y les da como no sé qué sacársela?


Ah, ¿ y que después se dieron cuenta de que ese tango y este tema dicen un poco lo mismo?

domingo, 2 de agosto de 2009

El flequillo no te resuelve la vida

Los domingos siguen siendo algo muy dificil de remontar.

sábado, 1 de agosto de 2009

3. "Lo que importa es que, cuando entraste, el auto se llenó de estrellas"

El piropo del tachero fue una especie de señal divina. O de que soy divina, eso también.
 
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