viernes, 13 de mayo de 2011

Lo posible

Esa tarde se nos fue
el último tren a Lobos, un destino escrito
en la tabla de horarios de la estación.

¿Debíamos caminar
los noventa y nueve kilómetros
hasta el lejano oeste
encontrar un coche en la ruta
una casa rodante, tal vez
con nafta suficiente para todo
el fin de semana? O llegar por error
a Las Vegas y apostar el último centavo
dejarnos arrastrar por la fortuna
hasta lo más hondo
de un maremoto japonés.

Al final, lo posible
es sólo lo que pasa: nos quedamos
cerca
mirando el imán de las brasas
bajo el bolero nocturno del otoño.

5 comentarios:

 
Creative Commons License
Esta obra está licenciada bajo una Licencia Creative Commons.