Oh, qué ilusos. Qué ingenuos todos: no. El rumbo no ha cambiado. Don Julio Argentino Morales cada día le hace más honor a su nombre y a su fama. Porque, no contento con "La puerta reja" instalada hace casi dos años en el edificio para combatir la inseguridad, mi vecino nazi acaba de inaugurar una reja propia para su departamento. Sí, eso: la reja de la reja, la META-REJA: una segunda puerta, solita para él, que lo protege doblemente del peligro. Blanca, impoluta, pintada a mano por el mismísimo Julio, la meta-reja suele permanecer cerrada, mientras que la puerta de casa queda siempre abierta, y entonces Julio puede estar al tanto a toda hora de lo que ocurre en el palier sin el temor de que gente como uno le extraiga, por ejemplo, objetos de valor, tales como las pocas joyas de oro que zafaron de las manos de Eloísa o su preciosa colección de muñequitos de bronce.
Vigilancia permanente. Esa es la nueva sensación que uno experimenta al atravesar el mini hall del edificio. Antes de salir se lo puede ver a Julio ahí, sentado en la mesa de su living, mirando la tele, haciéndose el que acánopasanada. Pero somos pocos, y ya nos conocemos mucho: el otro día, para que no se diera cuenta de que estaba sacando la basura en horario indebido, decidí bajar haciendo mucho silencio y, en una discreta maniobra, esconder las bolsas por delante mío. Qué se piensa. No soy tonta. NO SOY TONTA, JULIO. Ya no soy aquella chiquita que lloraba en la reunión de consorcio mientras todos los vecinos la acusaban de inquilina. YO YA NO VOY A LAS REUNIONES, JULIO. Yo tampoco voy. He crecido. He madurado. No me atemoriza tu estética paranoica. Cuanto más sean tus enrejados, mayor será mi fortaleza.
Mientras tanto, es tentador tomar una que otra fotito de canuto, pensando en los bloggers: PREPÁRENSE.
Les voy a presentar a Julio...
Les voy a presentar a Julio...
TARÁAAN. La foto es un tanto borrosa, para poder mantener el misterio (?)
Julio con sus bermuditas y su meta-reja personal:
La meta-reja
En fin. No sé cómo hace la gente que convive con vecinos normales. A sus vidas les debe faltar todo este punch.