jueves, 28 de julio de 2011
La traición
es ir a la peluquería aun sabiendo que tupeluquerodelavida no va a estar y, cuando finalmente llega la hora de que te atienda su reemplazo, no irte heroicamente al grito de "Qué estoy haciendoooo, Ivaaaaaaaaán."
De qué va:
De Male en peor,
De qué es qué
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La chancha que deja el chiquero se convierte en jamón. Iván, sabelo.
ResponderBorrary qué onda el reemplazo?
ResponderBorrara veces los cambios son buenos, no?
(IVAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAN!!)
la chancha y los veinteee, lu.
ResponderBorrarno, el reemplazo ni se nota, porque tuve que pedirle algo muy específico y aburrido. Pero a Ivan, en cambio, le digo: haceme lo que quieras.
IVAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAÁN
que alguien reclute a los reemplazos, por el amor de Alá!
ResponderBorrarsaludos...
Te parece?
ResponderBorrarRecultamiento de reemplazos y traicioneras. Peluquería jodida, ahí les pedís que te corten las puntas y te rapan.
Al buen peluquero se lo cuida más que al novio.
ResponderBorrarEllos van y vienen.
cuando el novio te deja, el buen peluquero está ahí para teñirte de rubia platinada.
ResponderBorrarY para escuchar nuestras penas con sed de venganza.
ResponderBorrarCuanto más atentos y comprometidos con la causa, mayor será la propina.
Temón ese. Yo no le dejo propina a mi peluquero. O sea, es el dueño del boliche. Pero siempre me quedo con la duda. Para mi no da, ponele.
ResponderBorrarNo sé, yo tampoco dejo, pero tengo entendido que se estila, por lo menos al que te lava el pelo.
ResponderBorrarPero me da vergüenza. Ellos pensaran, "IDIOTA, DAME LA PLATA". Solo a la manicura le dejo.
Claro. Yo tampoco dejo. Pero sí: al que te lava, a la manicura, a la depiladora, se les deja. A mí deben odiarme, ahora que lo pienso. Jmmmm.
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