Me acuerdo por fotos de ese cumpleaños de cuatro: en "Juego Libre", mi mamá con un enterito de leopardo, una panza gigantezca, mi hermana adentro, y una permanente que le enrulaba a la perfección un pelo medio rubión. "Juego libre" era genial. Tenía varios sectores por los que ibas pasando a lo largo del día, el pelotero, los avioncitos, los espejos locos, y al final todos los nenitos nos metíamos en un vestidor lleno de disfraces en donde nos transformábamos para terminar bailando bajo una bola de boliche. Al final, las velitas. Al final, los deseos.
Otra vez lo festejamos juntas en "Días felices", en el mismo lugar, bah, pero en distintos salones. Yo 10 y ella 6, creo. Y no sé por qué a mí se me había ocurrido ocultárselo a mis compañeros del grado. Les adelanté durante una semana que iba a haber una sorpresa. Y medio que logré cebarlos con la intriga. Pero me acuerdo que en algún momento todo se me fue de las manos. Alguno (Nicky Jamshon) preguntó si la sorpresa era Nicole Newman, y yo por alguna razón había llegado a decir que sí. Esas cosas en las que uno se mete sin saber cómo pero que de golpe -en el micro yendo al salón- ya no tienen vuelta atrás. Las patitas de la mentira dejan de correr desesperadas para quedarse fumando un pucho en la esquina, porque ya está, piensan, no llegamos...
Otras veces, con la familia. En general íbamos a cenar afuera el día que Palo cumplía, porque al siguiente siempre era feriado. El momento crítico siempre llegaba a la hora del cantito: mientras ella quería apagar sus velitas, todos cantaban Que los cumplas Paloma y Malena, que los cumplas feliz. Todos se reían por eso de intentar meter los dos nombres en la canción pero Paloma no, obvio. Era su momento. Y entonces todos cantábamos otra vez, sólo para ella.
Después cada una tuvo sus festejos, claro. Ella varios con Marcelo Duba, un treintañero que se había puesto de moda en esa época en los de los más chicos. Y yo, que años atrás había dejado "My way" a un lado, ya hacía asaltos en casa y jugábamos a la botellita, al semáforo, nos dábamos piquitos. Juegos que en realidad odiaba porque nunca me dieron ni pelota en la primaria. Sólo Marianita Lorenz, que era mi mejor amiga.
Ya para los 14, me acuerdo, mi papá fue personalmente a inspeccionar un boliche para ver si podía festejar mi cumpleaños en una matiné, y más tarde llegaron mis intentos truncos de que me dejen legalmente emborracharme en las fiestas de mi colegio. Un sufrimiento. Y así y todo, aún contra mi orgullo -que es de temer- nunca hice eso de no festejar. A veces mucho y otras poco, pero eso de no festejar, nunca.
Este año toca mucho. Cuando pensaba que ya todo había acabado, me acuerdo de mañana -y del sábado- : mañana mamá preparará choripan para las dos, para nosotras que nos queremos tanto, pero tanto.....teamo, teadoro, peroalinodoronotetiro, porquesinó, noteamaría, ni te adó ra ría.
Me encanta.
y salio copanteeeeeeeee
ResponderBorrardeberia haber dos cumpleaños de uno mismo durante todo el año.
esperar 365 dias me parece mucho.
Hola Malena o Paloma, el que les escribe y se emociona al verse nombrado en este blog es Marcelo Duba, quien alguna vez animó algún cumple de ustedes.Hoy ya no treintañero,(voy para los 47 años), pero sigo felizmente animando cumpleaños como los que ustedes tuvieron.Les dejo mi mail y me alegra que me recuerden.
ResponderBorrarduba@fibertel.com.ar
Besos para ustedes
MarceloDuba!!! es todo junto tu nombre y apellido!!!
ResponderBorrarqué increible que llegues hasta acá.
Hace poco tuve un encuentro con chicos de la primaria y nos acordábamos de vos!
y también hace otro poco vi fotos en la casa de mi mamá en las que aparecés!
sos parte de la historia!
qué bueno que sigas con los cumples, eran lo más.
bueno, me emocioné.
te mando un beso y gracias por escribir!